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domingo, 8 de diciembre de 2013

Lo prometido es deuda

Entrevista a Daniel Merino

Como lo prometido es deuda y dije que subiría la entrevista realizada a Daniel Merino el pasado mes de noviembre, aquí os la dejo:

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“Mi mejor foto está por llegar”





Entrevista a Daniel Merino

Fotógrafo, diseñador gráfico, periodista y profesor en la Escuela CES de Imagen y Sonido es todo lo que Daniel Merino puede atribuir a su Curriculum. Actualmente Daniel está metido en un nuevo proyecto que desvelará más adelante. Nos recibe en el hall de la Escuela CES (Madrid) y nos dirige hacia una de las salas de reuniones para realizar la entrevista. Sereno y sencillo, como siempre, nos ofrece un café antes de empezar.

P- ¿Cómo nace tu pasión por la fotografía?
R- Nace de hace muchísimo. Digamos que yo siempre he estado ligado al mundo de la fotografía porque en mi familia siempre había habido gente aficionada a ella, en  mayor o menor medida. En un momento determinado ponen a mi disposición dos tíos míos, dos cámaras réflex en mis manos y uno de ellos me dice: “Hay dos o tres parámetros, el resto es jugar y ver qué es lo que sale.” Pues me puse a jugar y me llamó bastante la atención.
Luego yo estudié periodismo, pero paralelamente cuando estaba en la carrera, empecé un poco a interesarme por todo el mundo de la fotografía y vi que me gustaba. Digamos que fue una vocación paralela. Al final, pasó de ser una cosa que me atraía, a convertirse en una pasión, en un estilo de vida y forma de ganarme la vida.

P- ¿Pensaste en algún momento que llegarías a hacer de la fotografía tu profesión?
R- Pues sí, la verdad. Yo me suelo fijar metas. Cuando estaba un poco asqueado, porque yo estaba escribiendo sobre medicamentos y era una cosa que no me terminaba de apasionar, llegó un punto que vi que  lo que realmente me gustaba era la fotografía. Fui viendo lo que hacía la gente y me lo planteé como una meta: ¿Y si me dedico a esto?

P- Actualmente o para un futuro, has considerado alguna vez, ¿dejar esa pasión a un lado y dedicarte profesionalmente a algún otro sector de la comunicación?
R- Yo me canso rápido de las cosas, así que me reinvento. Lo hice en su momento con el periodismo y tiré por la vía de la fotografía, al igual que después tiré por la vía del diseño gráfico, pero sin dejar de lado la fotografía. No hay algo definitivo en la vida.
La foto forma parte de mi vida. Pero quién sabe, lo mismo el año que viene estoy dedicándome a otras cosas y eso no significa que vaya a dejar la fotografía de lado. Es algo que va paralelamente conmigo.

P- Además de dedicarte profesionalmente a la fotografía, también enseñas este arte. ¿Cómo llegas a este punto?
R- Es casualidad realmente. Igual que en mi familia había una orientación por el mundo de la fotografía, también hay mucha vocación por el mundo de la docencia.
Yo empecé estudiando en una escuela de fotografía  y llega un punto en el que surge una oportunidad allí: van buscando gente para trabajar dentro de la escuela y yo me ofrezco. Al tiempo, de ahí, pasé a dar clases.
A partir de aquí empiezo a montármelo por mi cuenta: Empiezo a montar cursos a través de la Comunidad de Madrid, de asociaciones que conocía... Después me llaman de la Escuela de Imagen y Sonido CES, para dar clases en un ciclo de formación profesional. Meto la cabeza y me embarco en este proyecto.

P- Tu fotografía la hemos visto en revistas, en plataformas digitales… ¿En qué mas sitios has expuesto?
R- Exponer realmente no he expuesto mucho. Expuse en su momento, cuando estaba empezando sobre todo, en  algún centro cultural, en la galería EFTI, que era donde yo estudiaba en su momento, en algún local de actuaciones… Pero luego lo dejé un poco de lado y me dediqué a la parte más comercial o más editorial.
Y ahora mismo he vuelto al mundo de la exposición, con un proyecto.
El resto más bien han sido plataformas digitales. La posibilidad de moverlo desde blogs, redes sociales, algunas páginas que movían material de fotógrafos, pero poco más. Realmente el mundo a nivel exposición digamos que es ahora cuando está empezando a coger fuerza con este nuevo proyecto precisamente.

P- Este nuevo proyecto: “Cuerpos de adobe” ¿nos puedes explicar un poco en qué consiste? Porque hemos leído que “empapelas pueblecitos.”
R- Es un proyecto curioso. Es una historia que surge porque en el pueblo de donde es mi padre, desde hace un año y medio se ha montado una Universidad Rural.
A mí me plantean que quieren montar una especie de encuentro de arte en la calle del medio rural. Realmente querían resucitar un espacio abandonado. Llaman a una serie de artistas plásticos, gente vinculada al mundo de la pintura, de la escultura, de la fotografía… y nos proponen crear algo para montar una exposición al aire libre, pero que se quedase de manera permanente y se fuese degradando conforme pasaba el tiempo por la propia erosión. Que le pasara un poco lo mismo que le pasa al barrio.

P- ¿Este proyecto lo estás llevando a cabo, sólo o junto con alguien?
R- Junto con una amiga mía: Luana Fischer. Una fotógrafa brasileña, la cual había hecho una experiencia bastante interesante en Sao Pablo, con  un barrio que no estaba abandonado, pero se había quedado aislado por una mala comunicación.
Lo hablamos los dos y pensamos primero en la conjunción de espacios y por otro lado todo en el fenómeno social derivado de la crisis a nivel espacial, con pequeños conflictos de la gente, relacionados con esto. No buscábamos una perspectiva única, ni tampoco el drama. En este caso, tomamos como referencia Madrid, que es donde nosotros vivimos.

P- ¿La gente a la cual fotografiáis, llevan algún proceso de selección? ¿Comparten ese “problema espacial” del que hablas?
R- Todo el mundo que escogimos tenía una pequeña realidad. Un pequeño conflicto espacial. A lo que llamamos ese “espacio vital”: No encuentras realmente el sitio donde te puedes sentir cómodo.
Lo vinculamos entonces, como una posible solución, quizá no válida para todos los que hemos fotografiado, pero existente. Nosotros realmente le hemos dado una solución a esas personas, desde el punto de vista metalingüístico o metafórico.

P- ¿El tipo de fotografía que habéis llevado a cabo, sigue unos patrones?
R- Lo que hemos hecho es fotografiar a esa gente en pequeños rincones de sus casas en ambientes que realmente aprietan. Generalmente son planos generales de esas personas retratadas, con todo lo que tenían alrededor. Y a esa foto es a la que le vamos a otorgar un espacio nuevo, abierto, en el cual le ofrecemos esa solución.
Estas fotografías había que trasladarlas allí, así que trabajamos con un procedimiento de pegado de carteles con un engrudo, en este caso formado de agua y harina.
Nuestra idea era vincularlo sobre los materiales de ese pueblo. Al fin y al cabo a nosotros lo que realmente nos interesaba de todo esto, era ese ejercicio metafórico, en el cual fotografiábamos la fotografía.

P- ¿Fotografiar la fotografía, pertenecería a esa segunda parte del proyecto?
R- Si, la segunda parte del proyecto consiste en fotografiar la fotografía en el sitio que les habíamos ofrecido. Y luego habría una tercera parte que es fotografiar esa fotografía y ese proceso de degradación.
Dentro de lo que es el proyecto, hay otra parte: un documental a través de unos amigos. Un documental que gira en torno a nuestro trabajo, desde el principio.

P- Saliéndonos ahora un poco de lo que es tu proyecto, ¿cuál consideras que es la situación actual de la fotografía?
R- Respecto al mundo de la fotografía, estamos en un momento muy interesante. Existen dos realidades. Por un lado, la fotografía está en un momento de auge. Todo es visual y fotografiable. La gente antes escribía diarios, ahora los fotografía. La conclusión de esto es que ha suscitado un resurgimiento de la fotografía y esto está provocando una revolución en la cual todo surge a través de la imagen. Esto es interesante desde el punto de vista cultural, pero también es peligroso desde el punto de vista profesional, porque realmente la profesión de fotógrafo se está devaluando. No existe una profesionalización, sobre todo en España.
Hay muchas cosas muy buenas, pero también hay muy baja calidad y esto hace que la gente no termine de tener unas referencias fotográficas importantes.

P- Y para terminar, ¿cuál dirías que ha sido tu mayor logro como fotógrafo?
R- Hace tiempo alguien decía y de hecho se lo digo mucho a mis alumnos: “mi mejor foto está por llegar”. Así que yo realmente espero que mi mejor logro esté por llegar, porque realmente hay que tener un poco de perspectiva y ver a partir de aquí lo que puede salir. He tocado muchos palos dentro de la fotografía,  pero realmente le tengo un cariño muy especial al proyecto “Cuerpos de adobe”.

Siempre hemos creído que el trabajo del fotógrafo era individualizado y en algunos casos, incluso competitivo. Con “Cuerpos de adobe” hemos llegado a ver el claro ejemplo de que la coordinación y el saber trabajar junto a alguien, puede llegar a resultar muy valioso y ciertamente satisfactorio. Como dice Daniel, en esta vida hay que fijarse metas, reinventarse y en el ámbito de la fotografía cada vez más. Pues si la propia RAE define al fotógrafo como “persona que hace fotografías”, tendrá que ser el propio fotógrafo quien consiga destacar en su propia definición, porque hoy en día una cámara está al alcance de cualquiera y esto, como dice D. Merino hace que “la profesión de fotógrafo se esté devaluando.”

A continuación algunos datos de interés:

-          Blog de Daniel Merino: http://danielmerinophoto.wordpress.com/acerca-de/

-          Exposición “Cuerpos de adobe” : Expuesto en el museo al aire libre “Casas Cuerpo” organizado por la Universidad Rural Paulo Freire del Cerrato en el municipio palentino de Tabanera de Cerrato a partir del 2 de noviembre. (Exposición permanente)


-          Contacto:


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